sábado, 18 de junio de 2011

Referéndum 15 de Octubre de 2011 sobre la salud de nuestra democracia. Si los políticos no están preparados, nosotros sí.

Hoy toca hablar en positivo. Hoy ha salido a la luz la primera iniciativa reglada de carácter general para solicitar de una manera rigurosa los cambios que nuestra democracia necesita para ser más justa.

Un referéndum donde se preguntará a toda la ciudadanía su opinión sobre la necesidad de las siguientes cuestiones:

1- Reforma de la ley electoral, mayor proporcionalidad y desbloqueo de las listas abiertas.

2- Ley de transparencia, mecanismos de control y lucha contra la corrupción.

3- Separación de poderes: independencia del poder judicial

4- Democracia más participativa, potenciación de referéndums, Iniciativas Legislativas Populares y presupuestos participativos.

5- Economía responsable, justa y sostenible.

Las preguntas no están todavía cerradas en su redacción, y queda mucho trabajo por hacer. Hay que organizar mesas electorales y dispositivos para que se pueda votar con DNI electrónico o bien mediante papeleta. El referéndum estará controlado por observadores internacionales de reconocida independiencia y se garantizará la no duplicidad del voto.

En las próximas semanas se irán publicando más detalles sobre el referéndum en la página oficial:

http://referendum15deoctubre.info

Ahora es muy importante difundir esta información para que llegue a todos los españoles y puedan ejercer su derecho de participación. ¡Pásalo!

jueves, 9 de junio de 2011

Mi respuesta al "sano debate" sobre Consenso de Mínimos expuesto por #acampadasol a través de Carlos Taibo

Desde que empezó el debate sobre el consenso de mínimos, la aceptación de la idea y los apoyos no han hecho más que crecer. Muchos grupos conversan en internet y en las propias plazas con la convicción de que existe la necesidad clara de aunar a la sociedad en torno a las necesidades básicas de nuestra democracia, más allá de banderías y visiones programáticas de cualquier signo político. El objetivo: que la presión social sea tan abrumadora que consigamos de una manera efectiva esos cambios clave, que facilitarán que el resto de las exigencias se puedan debatir y votar en un marco más justo y equitativo.

Desde entonces, la línea oficial de #acampadasol no había mostrado ningún argumento en contra, sino que centró sus esfuerzos en posponer para debilitar, en efectuar cazas de brujas y purgas en grupos de trabajo y comisiones, desde la de Comunicación hasta la nonata de Dinamización de Objetivos, por poner sólo dos ejemplos notables, y en distraer el debate hacia otros aspectos, sabedores del tirón que el concepto tiene entre los indignados: evitaban así dar exposición y notoriedad a la idea, no fuese a prender. En eso han fracasado. El consenso de mínimos está en boca de todos: desde personalidades de la talla de Eduard Punset hasta grupos de trabajo, foros, y ahora también medios de comunicación.

Esto ha forzado que los mandatarios de la oligarquía que controla Sol hayan tenido que posicionarse y dar algún argumento. Y han tomado para ello el siguente artículo de Carlos Taibo en la página "Globalízate". Lo han difundido a través de sus vías de comunicación bajo el nombre de "argumentos para un sano debate sobre el consenso de mínimos". Es destacable que ese debate se hace en un blog que ni siquiera admite comentarios, y llama la atención la virulencia disfrazada de reflexión con la que se encadenan medias verdades y alteraciones de los hechos para intentar desmontar lo que ya no se puede parar. El objeto de este post que escribo no es otro sino dejar al descubierto la pobreza de los argumentos mostrados y las falsedades lanzadas para intentar confundir a aquellos indignados bienpensantes que no tuviesen una opinión forjada al respecto del consenso de mínimos.

En cursiva, el artículo original. Intercalo mis comentarios.

"Aunque pensé que con el paso de los días las aguas iban a bajar más calmadas, lo cierto es que no ha remitido la discusión relativa a un supuesto programa del movimiento 15-M que se concretaría en cuatro puntos: reforma del sistema electoral, lucha contra la corrupción, mejoras en materia de división de poderes y control sobre los responsables políticos."  

Comienza la exposición faltando a la verdad. Omitiendo puntos del consenso, banalizando y mintiendo en cuanto a su contenido no parece un buen punto de partida para ningún "sano debate". Hay muchos borradores y propuestas aprobadas sobre consenso de mínimos, pero coinciden prácticamente en todo con la excepción de la todavía en debate inclusión de un quinto punto económico. Este es un borrador muy parecido al de la comisión de Política a Corto Plazo de #acampadasol, y de su lectura se desprende que Taibo o no se los ha leído o bien, lo que es más probable, intencionadamente oculta su contenido pues teme su mera enunciación.


"Conviene dejar sentado desde ahora que el alcance de ese programa es limitado. Nació de una de las muchas comisiones que operan en la Puerta del Sol madrileña --la de política a corto plazo--, cabe suponer que debe mezclarse con las propuestas que surjan de otras comisiones, en modo alguno toma en consideración lo que hayan podido decidir l@s participantes en acampadas y asambleas en otros lugares..."  

Ninguna de las decisiones de la Asamblea de Sol toma en cuenta los consensos tomados en el resto de las plazas, no sólo las de Política a Corto Plazo. En cualquier caso, es necesario destacar que otras acampadas sí han aprobado el consenso de mínimos como consenso definitivo, no así Sol. Por ende, el debate ha trascendido a las propias acampadas conforme estas han ido perdiendo apoyos estrepitosamente por sus errores de comunicación y su confuso discurso. El movimiento 15M no son sólo las acampadas, sino especialemente las decenas de miles de personas que lo apoyaron en sus primeros días y que volverán a salir a la calle si la convocatoria les convence. También la aplastante mayoría de la sociedad española que según recientes encuestas apoyan los puntos básicos del movimiento. Es un contraste clamorosamente significativo el hecho de que sólo 1.000 personas acudiesen a la manifestación frente al Congreso de los Diputados el 8 de junio.

"...y, en suma, no ha sido refrendado como la propuesta del movimiento. Su eco mediático ha resultado ser, sin embargo, muy notable --aún ayer, sábado 4 de junio, Informe semanal se refería a esos puntos como si fueran el programa de todo un movimiento--, algo detrás de lo cual hay quien ha apreciado la influencia de alguna mano negra que apostaría, con malas artes, por una rápida y contundente anulación de cualquier horizonte de contestación abierta, desde el movimiento, del sistema que padecemos."

La acusación de que los mínimos los están “deslizando" los poderosos para boicotear el movimiento es del todo falsa y malintencionada. Somos muchos de los indignados que participamos en las movilizaciones masivas y en las mismas acampadas los que clamamos por la necesidad de su impulso, apelando a la oportunidad histórica única ante la que nos encontramos. Es precisamente esa posibilidad real de perder sus privilegios lo que pone nerviosos a los poderosos.
 
"Aunque el alcance de la propuesta mencionada es --parece-- escaso, creo que haremos bien en apreciar en ella un síntoma de algo que está ocurriendo y que puede reaparecer con fuerza aún mayor. Pienso, en primer lugar, en algunas de las consecuencias imprevistas, no precisamente saludables, del procedimiento de decisión que se está aplicando en tantos lugares: un método que, al desterrar el voto en provecho del consenso, permite prescindir, sin más, de un sinfín de propuestas que gozan de un amplísimo respaldo entre quienes las debaten. Al final, y de resultas, sólo salen adelante aquellas iniciativas que, por lógica, no suscitan controversia alguna. Nadie dirá, claro, que se opone a la instauración de medidas que castiguen la corrupción."  

Mi análisis es opuesto: el sistema de asambleas con el veto de minorías se ha probado ineficaz para llegar a consensos muy mayoritarios siempre que haya una o dos personas dispuestas a boicotear la iniciativa y este veto tenga el apoyo de la oligarquía que controla los puestos de poder en muchas acampadas. La eterna discusión sobre desmontar el campamento de Sol que ha desgastado a tantas personas y bloqueado el debate de ideas por semanas ha sido un claro ejemplo.  

"No es difícil iluminar la consecuencia mayor del despliegue de ese procedimiento: el movimiento pasa a vincularse con un consenso de mínimos que se reduce a acuerdos en materias muy generales, que no parece llamado a tener ninguna consecuencia práctica..."

Al contrario, buscar mínimos que unan a todos los españoles como punto de partida para que se puedan votar las demás reformas en un marco más justo es lo más práctico que se ha propuesto en el 15M 

"...--es curioso que los defensores de la fórmula que nos ocupa sostengan lo contrario-- y que deja manifiestamente descontent@s a much@s de l@s implicad@s."

Otra falacia: el consenso de mínimos no se presenta como el ideario completo del movimiento: es un punto de partida por el que luchar todos, independientemente de ideologías, para poder perseguir cada uno sus ideales sobre educación, medio ambiente, política internacional y un largo etcétera con más posibilidades de que las medidas que tengan apoyo suficiente prosperen. Eso es lo que se quiere fehacientemente ocultar por parte de la élite antisistema de acampadasol para acusarnos de conformistas. O ir incluso más allá y tildarnos de colaboracionistas, como en este artículo, que dicha élite ha tomado como único argumento público hasta el momento contra el CdM.
 

"Y es que, y por acudir directamente al ejemplo de las discusiones que con certeza se hicieron valer en la comisión madrileña de corto plazo, a buen seguro que en ellas se escucharon voces que, tras enunciar distancias con respecto a la democracia representativa y delegativa, defendieron orgullosamente el despliegue de fórmulas de democracia directa. El ascendiente de esas voces es nulo, sin embargo, en términos de una propuesta final que a la postre corre el riesgo de recoger un puñado de ideas que, bien que compartidas por tod@s, no prestan atención a percepciones muy extendidas entre acampad@s y asambleístas. En ese sentido, a la hora de analizar esa propuesta final tanto relieve tiene lo que dice como aquello que no dice. La ausencia, en paralelo, de unos principios programáticos que, mucho más amplios, recojan sensibilidades diversas se hace mucho más llamativa en un escenario en el que el consenso se traduce inequívocamente en una exquisita moderación que, ajena a cualquier suerte de pluralismo, deja inequívocamente descontent@s a much@s."

La idea del consenso de mínimos parte de la convicción de que estructurar un programa electoral con una visión y propuestas para todos los aspectos de la realidad que nos rodea nos convertiría, de facto, en otro partido político, alineado con una ideología muy concreta y por tanto minoritaria al proponer un bloque doctrinal. Eso impide ser partícipe del movimiento, no ya y por descontado a otras sensibilidades políticas, sino a personas que en términos generales serían afines a dicho programa pero que difieren de algunos puntos concretos. Si el descontento que el autor gratuitamente atribuye a “muchos”, tiene que ver con el descontento de no poder imponer una visión del mundo de una ideología muy minoritaria al resto de la sociedad, es un descontento que se debe asumir como necesario. Ese descontento no puede ser tal si se comparte la idea de mejorar y hacer más justo el sistema, y no se está a favor de la derogación del sistema democrático para susituirlo por otros modelos experimentales de incierta representatividad popular.

"De discusiones como la invocada depende, ni más ni menos, la imagen del movimiento como un todo. He sostenido en las últimas semanas que en el seno de ese movimiento hay como poco dos almas (bien es cierto que al calor de las recién creadas asambleas de barrio está asomando alguna más). Si la primera la aportan los movimientos sociales críticos --el caudal de activistas y de propuestas que nacen de los centros autogestionados y okupados, del ecologismo, el feminismo y las redes de solidaridad que mantienen encendida la llama de la contestación, y del sindicalismo alternativo--, la segunda nace de l@s jóvenes indignad@s con la ignominia del sistema político y económico que se nos ofrece, comúnmente en activo proceso de concienciación. Me limitaré a enunciar una obviedad: como quiera que no nos podemos permitir el lujo de divisiones en un momento como el presente, es muy importante que las declaraciones programáticas del movimiento, y con ellas sus concreciones en forma de propuestas precisas, dejen espacio suficiente para que nadie se sienta excluid@ y para que tod@s nos encontremos razonablemente representad@s. Creo firmemente que el programa que los medios de incomunicación han aireado los últimos días, interesadamente, como el propio del movimiento 15-M no satisface, siquiera mínimamente, esa premisa."

Las dos últimas frases del artículo resultan una contradicción en sí mismas. El papel no lo aguanta todo, aunque se disfrace de reflexión académica: para que nadie se sienta excluido, el camino óptimo es llegar al núcleo de lo que todos apoyan. Y no me refiero a todo el movimiento, que aunque es la demostración cívica más importante de las últimas décadas ha movilizado a una cantidad muy pequeña de la sociedad española, sino a la sociedad misma, al todo el pueblo que es donde reside la soberanía, y no en asambleas cada vez más sectorizadas y en declive de participación por el desencanto de muchos.